Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca.Apocalipsis 1.3.
Leitura na versão Rayana Valera - Español
http://biblia.email/erv/Hechos de los Apóstopoles/19/21-41
Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo en espíritu partir á Jerusalem, después de andada Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá me será menester ver también á Roma.
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Y enviando á Macedonia á dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se estuvo por algún tiempo en Asia.
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Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
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Porque un platero llamado Demetrio, el cual hacía de plata templecillos de Diana, daba á los artífices no poca ganancia
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A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia
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Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino á muchas gentes de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.
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Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience á ser destruída su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.
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Oídas estas cosas, llenáronse de ira, y dieron alarido diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!
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Y la ciudad se llenó de confusión y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando á Gayo y á Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo.
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Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
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También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos, enviaron á él rogando que no se presentase en el teatro.
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Y otros gritaban otra cosa porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían juntado.
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Y sacaron de entre la multitud á Alejandro, empujándole los Judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo.
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Mas como conocieron que era Judío, fué hecha un voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los Efesios!
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Entonces el escribano, apaciguado que hubo la gente, dijo: Varones Efesios ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
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Así que, pues esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente
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Pues habéis traído á estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
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Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen, y procónsules hay acúsense los unos á los otros.
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Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se pueda decidir.
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Porque peligro hay de que seamos argüidos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.
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(19-40) Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia.