Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca.Apocalipsis 1.3.
Leitura na versão Rayana Valera - Español
http://biblia.email/erv/Hechos de los Apóstopoles/16
DESPUÉS llegó á Derbe, y á Listra: y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.
2
De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3
Este quiso Pablo que fuese con él y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares porque todos sabían que su padre era Griego.
4
Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.
5
Así que, las iglesias eran confirmadas en fe, y eran aumentadas en número cada día.
O Chamado à Macedônia
6
Y pasando á Phrygia y la provincia de Galacia, les fué prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
7
Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia mas el Espíritu no les dejó.
8
Y pasando á Misia, descendieron á Troas.
9
Y fué mostrada á Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.
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Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
Lídia se Converte
11
Partidos pues de Troas, vinimos camino derecho á Samotracia, y el día siguiente á Neápolis
12
Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
13
Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.
14
Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
15
Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.
Paulo e Silas na Prisão
16
Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
17
Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
18
Y esto hacía por muchos días mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
19
Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado
20
Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
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Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.
22
Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.
23
Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:
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El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro y les apretó los pies en el cepo.
Paulo e Silas Cantam Mesmo estando Presos
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Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
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Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
27
Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
28
Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal que todos estamos aquí.
29
El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas
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Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
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Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32
Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estan en su casa.
33
Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes y se bautizó luego él, y todos los suyos.
34
Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.
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Y como fué, día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
36
Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Los magistrados han enviado á decir que seás sueltos: así que ahora salid, é id en paz.
37
Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.
38
Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.
39
Y viniendo, les rogaron y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.
40
Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.