Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Marcos 1.17
Leitura diária na versão Rayana Valera - Español


Salmo 30
Salmo 31
1 Corintios 15.35-58

Salmo 30


1
<> GLORIFICARTE he, oh Jehová porque me has ensalzado, Y no hiciste á mis enemigos alegrarse de mí.
2
Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
3
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro Dísteme vida, para que no descendiese á la sepultura.
4
Cantad á Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
5
Porque un momento será su furor Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
6
Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido
7
Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
8
A ti, oh Jehová, clamaré Y al Señor suplicaré.
9
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?
10
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
11
Has tornado mi endecha en baile Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría.
12
Por tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

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Salmo 31


1
<> EN ti, oh Jehová, he esperado no sea yo confundido para siempre: Líbrame en tu justicia.
2
Inclina á mí tu oído, líbrame presto Séme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
3
Porque tú eres mi roca y mi castillo Y por tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
4
Me sacarás de la red que han escondido para mí Porque tú eres mi fortaleza.
5
En tu mano encomiendo mi espíritu: Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6
Aborrecí á los que esperan en vanidades ilusorias Mas yo en Jehová he esperado.
7
Me gozaré y alegraré en tu misericordia Porque has visto mi aflicción Has conocido mi alma en las angustias:
8
Y no me encerraste en mano del enemigo Hiciste estar mis pies en anchura.
9
Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia: Hanse consumido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
10
Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar: Hase enflaquecido mi fuerza á causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11
De todos mis enemigos he sido oprobio, Y de mis vecinos en gran manera, y horror á mis conocidos: Los que me veían fuera, huían de mí.
12
He sido olvidado de su corazón como un muerto: He venido á ser como un vaso perdido.
13
Porque he oído afrenta de muchos Miedo por todas partes, Cuando consultaban juntos contra mí, E ideaban quitarme la vida.
14
Mas yo en ti confié, oh Jehová: Yo dije: Dios mío eres tú.
15
En tu mano están mis tiempos: Líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
16
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo: Sálvame por tu misericordia.
17
No sea yo confundido, oh Jehová, ya que te he invocado Sean corridos los impíos, estén mudos en el profundo.
18
Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras, Con soberbia y menosprecio.
19
¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, Que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: Los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
21
Bendito Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
22
Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos: Tú empero oíste la voz de mis ruegos, cuando á ti clamaba.
23
Amad á Jehová todos vosotros sus santos: A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que obra con soberbia.
24
Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome vuestro corazón aliento.

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1 Corintios 15

35-58
35
Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
36
Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes.
37
Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, ó de otro grano:
38
Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo.
39
Toda carne no es la misma carne mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
40
Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos terrestres mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres:
41
Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria.
42
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción se levantará en incorrupción
43
Se siembra en vergüenza, se levantará con gloria se siembra en flaqueza, se levantará con potencia
44
Se siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
45
Así también está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima viviente el postrer Adam en espíritu vivificante.
46
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal luego lo espiritual.
47
El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el Señor, es del cielo.
48
Cual el terreno, tales también los terrenos y cual el celestial, tales también los celestiales.
49
Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
50
Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios ni la corrupción hereda la incorrupción.
51
He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados.
52
En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados.
53
Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.
54
Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria.
55
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
56
Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley.
57
Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo.
58
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.

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