Blessed is he that readeth, and they that hear the words of the prophecy, and keep the things that are written therein: for the time is at hand. Revelation 1.3.
Y HABIA un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos.
2
Este vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con él.
3
Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.
4
Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?
5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6
Lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.
8
El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
9
Respondió Nicodemo, y díjole: ¿Cómo puede esto hacerse?
10
Respondió Jesús, y díjole: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?
11
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos y no recibís nuestro testimonio.
12
Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13
Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado
15
Para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.