Escucharé lo que hablará el Dios Jehová: Porque hablará paz á su pueblo y á sus santos, Para que no se conviertan á la locura. Salmo 85.8
Leitura diária na versão Rayana Valera - Espanhol


Éxodo 1
Éxodo 2
Mateo 15.1-28

Éxodo 1


1
ESTOS son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob cada uno entró con su familia.
2
Rubén, Simeón, Leví y Judá
3
Issachâr, Zabulón y Benjamín
4
Dan y Nephtalí, Gad y Aser.
5
Y todas las almas de los que salieron del muslo de Jacob, fueron setenta. Y José estaba en Egipto.
6
Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.
7
Y los hijos de Israel crecieron, y multiplicaron, y fueron aumentados y corroborados en extremo y llenóse la tierra de ellos.
8
Levantóse entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía á José el cual dijo á su pueblo:
9
He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros:
10
Ahora, pues, seamos sabios para con él, porque no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
11
Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas y edificaron á Faraón las ciudades de los bastimentos, Phithom y Raamses.
12
Empero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían: así que estaban ellos fastidiados de los hijos de Israel.
13
Y los Egipcios hicieron servir á los hijos de Israel con dureza:
14
Y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigorismo.
15
Y habló el rey de Egipto á las parteras de las Hebreas, una de las cuales se llamaba Siphra, y otra Phúa, y díjoles:
16
Cuando parteareis á las Hebreas, y mirareis los asientos, si fuere hijo, matadlo y si fuere hija, entonces viva.
17
Mas las parteras temieron á Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que reservaban la vida á los niños.
18
Y el rey de Egipto hizo llamar á las parteras y díjoles: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis reservado la vida á los niños?
19
Y las parteras respondieron á Faraón: Porque las mujeres Hebreas no son como las Egipcias: porque son robustas, y paren antes que la partera venga á ellas.
20
Y Dios hizo bien á las parteras: y el pueblo se multiplicó, y se corroboraron en gran manera.
21
Y por haber las parteras temido á Dios, él les hizo casas.
22
Entonces Faraón mandó á todo su pueblo, diciendo: Echad en el río todo hijo que naciere, y á toda hija reservad la vida.

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Éxodo 2


1
UN varón de la familia de Leví fué, y tomó por mujer una hija de Leví:
2
La cual concibió, y parió un hijo: y viéndolo que era hermoso, túvole escondido tres meses.
3
Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos, y calafateóla con pez y betún, y colocó en ella al niño, y púsolo en un carrizal á la orilla del río:
4
Y paróse una hermana suya á lo lejos, para ver lo que le acontecería.
5
Y la hija de Faraón descendió á lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vió ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya á que la tomase.
6
Y como la abrió, vió al niño y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los Hebreos es éste.
7
Entonces su hermana dijo á la hija de Faraón: ¿Iré á llamarte un ama de las Hebreas, para que te críe este niño?
8
Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fué la doncella, y llamó á la madre del niño
9
A la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y criólo.
10
Y como creció el niño, ella lo trajo á la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y púsole por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
11
Y en aquellos días acaeció que, crecido ya Moisés, salió á sus hermanos, y vió sus cargas: y observó á un Egipcio que hería á uno de los Hebreos, sus hermanos.
12
Y miró á todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al Egipcio, y escondiólo en la arena.
13
Y salió al día siguiente, y viendo á dos Hebreos que reñían, dijo al que hacía la injuria: ¿Por qué hieres á tu prójimo?
14
Y él respondió: ¿Quién te ha puesto á ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿piensas matarme como mataste al Egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.
15
Y oyendo Faraón este negocio, procuró matar á Moisés: mas Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián y sentóse junto á un pozo.
16
Tenía el sacerdote de Madián siete hijas, las cuales vinieron á sacar agua, para llenar las pilas y dar de beber á las ovejas de su padre.
17
Mas los pastores vinieron, y echáronlas: Entonces Moisés se levantó y defendiólas, y abrevó sus ovejas.
18
Y volviendo ellas á Ragüel su padre, díjoles él: ¿Por qué habéis hoy venido tan presto?
19
Y ellas respondieron: Un varón Egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y abrevó las ovejas.
20
Y dijo á sus hijas: ¿Y dónde está? ¿por qué habéis dejado ese hombre? llamadle para que coma pan.
21
Y Moisés acordó en morar con aquel varón y él dió á Moisés á su hija Séphora:
22
La cual le parió un hijo, y él le puso por nombre Gersom: porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.
23
Y aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel suspiraron á causa de la servidumbre, y clamaron: y subió á Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
24
Y oyó Dios el gemido de ellos, y acordóse de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
25
Y miró Dios á los hijos de Israel, y reconociólos Dios.

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Mateo 15

1-28
1
ENTONCES llegaron á Jesús ciertos escribas y Fariseos de Jerusalem, diciendo:
2
¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los ancianos? porque no se lavan las manos cuando comen pan.
3
Y él respondiendo, les dijo: ¿Por qué también vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
4
Porque Dios mandó, diciendo: Honra al padre y á la madre, y, El que maldijere al padre ó á la madre, muera de muerte.
5
Mas vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre ó á la madre: Es ya ofrenda mía á Dios todo aquello con que pudiera valerte
6
No deberá honrar á su padre ó á su madre con socorro. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
7
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo:
8
Este pueblo de labios me honra Mas su corazón lejos está de mí.
9
Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de hombres.
10
Y llamando á sí las gentes, les dijo: Oid, y entended:
11
No lo que entra en la boca contamina al hombre mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
12
Entonces llegándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los Fariseos oyendo esta palabra se ofendieron?
13
Mas respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
14
Dejadlos: son ciegos guías de ciegos y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15
Y respondiendo Pedro, le dijo: Decláranos esta parábola.
16
Y Jesús dijo: ¿Aun también vosotros sois sin entendimiento?
17
¿No entendéis aún, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina?
18
Mas lo que sale de la boca, del corazón sale y esto contamina al hombre.
19
Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias.
20
Estas cosas son las que contaminan al hombre: que comer con las manos por lavar no contamina al hombre.
21
Y saliendo Jesús de allí, se fué á las partes de Tiro y de Sidón.
22
Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí mi hija es malamente atormentada del demonio.
23
Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros.
24
Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25
Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme.
26
Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo á los perrillos.
27
Y ella dijo: Sí, Señor mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
28
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe sea hecho contigo como quieres. Y fué sana su hija desde aquella hora.

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