Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado. Juan 17.3
Leitura diária na versão Rayana Valera - Espanhol


Géneses 27
Géneses 28
Mateo 8.28-34
Mateo 9.1-17

Géneses 27


1
Y ACONTECIO que cuando hubo Isaac envejecido, y sus ojos se ofuscaron quedando sin vista, llamó á Esaú, su hijo el mayor, y díjole: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.
2
Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte:
3
Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo, y cógeme caza
4
Y hazme un guisado, como yo gusto, y tráeme lo, y comeré: para que te bendiga mi alma antes que muera.
5
Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac á Esaú su hijo: y fuése Esaú al campo para coger la caza que había de traer.
6
Entonces Rebeca habló á Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído á tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:
7
Tráeme caza, y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga delante de Jehová antes que yo muera.
8
Ahora pues, hijo mío, obedece á mi voz en lo que te mando
9
Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como él gusta
10
Y tú las llevarás á tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
11
Y Jacob dijo á Rebeca su madre: He aquí Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño:
12
Quizá me tentará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
13
Y su madre respondió: Hijo mío, sobre mí tu maldición: solamente obedece á mi voz, y ve y tráemelos.
14
Entonces él fué, y tomó, y trájolos á su madre: y su madre hizo guisados, como su padre gustaba.
15
Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió á Jacob su hijo menor:
16
E hízole vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de los cabritos de las cabras
17
Y entregó los guisados y el pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
18
Y él fué á su padre, y dijo: Padre mío: y él respondió: Heme aquí, ¿quién eres, hijo mío?
19
Y Jacob dijo á su padre: Yo soy Esaú tu primogénito he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.
20
Entonces Isaac dijo á su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan presto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.
21
E Isaac dijo á Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú ó no.
22
Y llegóse Jacob á su padre Isaac y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, las manos de Esaú.
23
Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú: y le bendijo.
24
Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.
25
Y dijo: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que te bendiga mi alma y él se la acercó, y comió: trájole también vino, y bebió.
26
Y díjole Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.
27
Y él se llegó, y le besó y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, y dijo: Mira, el olor de mi hijo Como el olor del campo que Jehová ha bendecido:
28
Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.
29
Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen á ti: Sé señor de tus hermanos, E inclínense á ti los hijos de tu madre: Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren.
30
Y aconteció, luego que hubo Isaac acabado de bendecir á Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano vino de su caza.
31
E hizo él también guisados, y trajo á su padre, y díjole: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga tu alma.
32
Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú.
33
Y Estremecióse Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que cogió caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
34
Como Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también á mí, padre mío.
35
Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.
36
Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha engañado dos veces alzóse con mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?
37
Isaac respondió y dijo á Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos á todos sus hermanos: de trigo y de vino le he provisto: ¿qué, pues, te haré á ti ahora, hijo mío?
38
Y Esaú respondió á su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? bendíceme también á mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
39
Entonces Isaac su padre habló y díjole: He aquí será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de los cielos de arriba
40
Y por tu espada vivirás, y á tu hermano servirás: Y sucederá cuando te enseñorees, Que descargarás su yugo de tu cerviz.
41
Y aborreció Esaú á Jacob por la bendición con que le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré á Jacob mi hermano.
42
Y fueron dichas á Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor: y ella envió y llamó á Jacob su hijo menor, y díjole: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte.
43
Ahora pues, hijo mío, obedece á mi voz levántate, y húyete á Labán mi hermano, á Harán.
44
Y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue
45
Hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos en un día?
46
Y dijo Rebeca á Isaac: Fastidio tengo de mi vida, á causa de las hijas de Heth. Si Jacob toma mujer de las hijas de Heth, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

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Géneses 28


1
ENTONCES Isaac llamó á Jacob, y bendíjolo, y mandóle diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán.
2
Levántate, ve á Padan-aram, á casa de Bethuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
3
Y el Dios omnipotente te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique, hasta venir á ser congregación de pueblos
4
Y te dé la bendición de Abraham, y á tu simiente contigo, para que heredes la tierra de tus peregrinaciones, que Dios dió á Abraham.
5
Así envió Isaac á Jacob, el cual fué á Padan-aram, á Labán, hijo de Bethuel Arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
6
Y vió Esaú cómo Isaac había bendecido á Jacob, y le había enviado á Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí y que cuando le bendijo, le había mandado, diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán
7
Y que Jacob había obedecido á su padre y á su madre, y se había ido á Padan-aram.
8
Vió asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal á Isaac su padre
9
Y fuése Esaú á Ismael, y tomó para sí por mujer á Mahaleth, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nabaioth, además de sus otras mujeres.
10
Y salió Jacob de Beer-seba, y fué á Harán
11
Y encontró con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto: y tomó de las piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar.
12
Y soñó, y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
13
Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré á ti y á tu simiente.
14
Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al oriente, y al aquilón, y al mediodía y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.
15
Y he aquí, yo soy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y te volveré á esta tierra porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.
16
Y despertó Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehové está en este lugar, y yo no lo sabía.
17
Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
18
Y levantóse Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y alzóla por título, y derramó aceite encima de ella.
19
Y llamó el nombre de aquel lugar Beth-el, bien que Luz era el nombre de la ciudad primero.
20
E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir,
21
Y si tornare en paz á casa de mi padre, Jehová será mi Dios,
22
Y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti.

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Mateo 8

28-34
28
Y como él hubo llegado en la otra ribera al país de los Gergesenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, que nadie podía pasar por aquel camino.
29
Y he aquí clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿has venido acá á molestarnos antes de tiempo?
30
Y estaba lejos de ellos un hato de muchos puercos paciendo.
31
Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir á aquel hato de puercos.
32
Y les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron á aquel hato de puercos: y he aquí, todo el hato de los puercos se precipitó de un despeñadero en la mar, y murieron en las aguas.
33
Y los porqueros huyeron, y viniendo á la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.
34
Y he aquí, toda la ciudad salió á encontrar á Jesús: Y cuando le vieron, le rogaban que saliese de sus términos.

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Mateo 9

1-17
1
ENTONCES entrando en el barco, pasó á la otra parte, y vino á su ciudad.
2
Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en una cama: y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Confía, hijo tus pecados te son perdonados.
3
Y he aquí, algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
4
Y viendo Jesús sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5
Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados ó decir: Levántate, y anda?
6
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete á tu casa.
7
Entonces él se levantó y se fué á su casa.
8
Y las gentes, viéndolo, se maravillaron, y glorificaron á Dios, que había dado tal potestad á los hombres.
9
Y pasando Jesús de allí, vió á un hombre que estaba sentado al banco de los públicos tributos, el cual se llamaba Mateo y dícele: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.
10
Y aconteció que estando él sentado á la mesa en casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente á la mesa con Jesús y sus discípulos.
11
Y viendo esto los Fariseos, dijeron á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
12
Y oyéndolo Jesús, le dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
13
Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: porque no he venido á llamar justos, sino pecadores á arrepentimiento.
14
Entonces los discípulos de Juan vienen á él, diciendo: ¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?
15
Y Jesús les dijo: ¿Pueden los que son de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? mas vendrán días cuando el esposo será quitado de ellos, y entonces ayunarán.
16
Y nadie echa remiendo de paño recio en vestido viejo porque el tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
17
Ni echan vino nuevo en cueros viejos: de otra manera los cueros se rompen, y el vino se derrama, y se pierden los cueros mas echan el vino nuevo en cueros nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente.

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