Bem-aventurado aquele que lê, e os que ouvem as palavras desta profecia, e guardam as coisas que nela estão escritas porque o tempo está próximo. Apocalipse 1.3.
Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, la cual tenía una piedra encima.
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Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días.
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Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?
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Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.
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Que yo sabía que siempre me oyes mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.
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Y habiendo dicho estas cosas, clamó á gran voz: Lázaro, ven fuera.
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Y el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas y su rostro estaba envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadle, y dejadle ir.